Durante los primeros meses de la pandemia de coronavirus, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) deportó a miles de migrantes a América Central y a otros lugares, a menudo sin tomar las medidas de seguridad adecuadas para evitar la propagación del Covid-19 entre los migrantes o en los países de destino.

Los informes públicos, así como los registros obtenidos por American Oversight, han arrojado luz sobre el enfoque imprudente de ICE hacia el virus y los brotes que ocurrieron después de las deportaciones y el traslado de detenidos entre instalaciones. Los documentos del Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado incluían comunicaciones entre funcionarios sobre deportaciones durante la pandemia, tales como actualizaciones regulares sobre el número de migrantes que dieron positivo después de ser deportados.

Los registros adicionales obtenidos recientemente por American Oversight incluyen protocolos de detección de síntomas de coronavirus de abril y mayo de 2020 que muestran que la agencia introdujo lentamente estándares adicionales de detección, a medida que continuaba deportando migrantes, incluidos aquellos que dijeron que habían mostrado síntomas. ICE administró pruebas de diagnóstico rápido durante ese tiempo, pero obtuvo una tasa alta de falsos negativos. A mediados del verano de 2020, 11 países habían encontrado casos positivos entre los deportados de Estados Unidos.

Los últimos registros incluyen la guía enviada a los directores de las oficinas locales el 6 de abril, la cual describe requisitos para que los detenidos usen máscarillas en los vuelos de ICE para transferencia o expulsión. El correo electrónico también decía que “sirve como un recordatorio” de que a todas las personas se les debe tomar la temperatura antes de la transferencia o expulsión, y que los migrantes con fiebre de más de 100.4 grados Fahrenheit deben ser remitidos a un servicio médico y no ser transferidos ni deportados.

Un correo electrónico del 18 de mayo enviado a todos los directores de las oficinas locales estableció un nuevo protocolo de detección que incluía la verificación de síntomas que no sean fiebre. Según el mensaje, una lista de verificación distribuida inicialmente el 4 de mayo había sido “revisada para enumerar síntomas específicos que el personal y los oficiales debían tomar en cuenta al considerar liberación, transferencia o expulsión de un extranjero”, y especificaba un límite de temperatura de 99 grados. La lista de verificación indicaba a los oficiales que hicieran un examen verbal usando una larga lista de síntomas, como dolor de garganta y escalofríos. Un conjunto de preguntas frecuentes señala que, si bien la lista de síntomas no era necesaria para completar todas las actividades de cumplimiento de leyes y expulsión, tales como transporte de migrantes a un centro de detención por primera vez, se requería “antes de las expulsiones”.

Los registros se obtuvieron en respuesta a una solicitud de la Ley de Libertad de Información presentada en 2020 para ver los protocolos y directrices que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades o el Departamento de Salud y Servicios Humanos enviaron a ICE.

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